Pesadillas y terrores nocturnos - Dulces Sueños Bebé
1367
post-template-default,single,single-post,postid-1367,single-format-standard,theme-bridge,bridge-core-3.0.5,woocommerce-no-js,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1200,vss_responsive_adv,vss_width_768,footer_responsive_adv,columns-4,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-17.2,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,wpb-js-composer js-comp-ver-5.7,vc_responsive
 

Pesadillas y terrores nocturnos

Pesadillas y terrores nocturnos

¿Qué son y qué hacer en cada caso?

En primer lugar, no son lo mismo y no suceden en el mismo momento de la noche, por lo tanto, tampoco se gestionan igual.

Comencemos con las pesadillas, tu hijo se despierta llorando, gritando… acudes a su lado o incluso ha ido directamente a tu cama, te encuentras a tu hijo despierto y asustado, puede contarte lo sucedido y no es capaz de volver a conciliar el sueño? ha tenido una pesadilla.

Las pesadillas son sueños con episodios aterradores que suceden durante el sueño REM, hacia el final de la noche. La gran mayoría de los niños ha tenido una alguna vez, es parte de su desarrollo y son más comunes entre los 2 y 4 años, a esa edad todavía no diferencian realidad de fantasía.

Es importante que le des seguridad a tu hijo cuando despierta después de una pesadilla, responde con rapidez y tranquilízalo. Que sepa que estas ahí para ayudarlo, no le llames la atención por despertarte. Abrázalo y deja que te cuente que ha sucedido.

Evita dar ideas, si tu hijo llega a tu cama tranquilo no le preguntes si ha tenido una pesadilla, espera a que te cuente que sucede y entonces poner solución.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo después de una pesadilla? Los adultos sabemos como eliminar esos pensamientos aterradores y volver a dormir, pero los niños no, enséñale a  sustituirlo por algo bonito, hazlo de una manera que pueda entenderte teniendo en cuenta su edad. Dile que piense en un momento que hayáis disfrutado juntos, jugando en el parque, cocinando un bizcocho, un viaje… y descríbelo, sin encender la luz y sin hacer que la historia lo desvele y no quiera volver a dormir, pero sobre todo dale mucha seguridad.

No puedes evitar que tu hijo tenga pesadillas, pero puedes no incentivarlas:

🌟 Evita películas, cuentos, juegos que puedan asustarlo antes de acostar y durante el día. Incluso cuando creas que no es consciente de lo que ve.

🌟 Hay algunos estudios que recomiendan no dar vitaminas a la hora de acostar porque pueden provocar pesadillas durante la noche, mejor inclúyelas en el desayuno si fueran necesarias.

🌟 Mantener un horario y unas rutinas regulares evitando el sobrecansancio.

Pero que pasa cuando tu hijo grita o llora desconsolado, acudes a su lado y parece despierto pero no responde? Técnicamente los terrores nocturnos son reacciones extremas de miedo que suceden al cambiar de una fase de sueño a otra.

Los terrores nocturnos se producen en la fase No-REM, es decir, no está soñando. Suelen ocurrir a las 2 o 3 horas de acostar a nuestro hijo y duran entre 5′ y 15‘. Los niños con padres que han padecido sonambulismo o hablan dormidos son más propensos a tener terrores nocturnos, además es más común en niños. Por otro lado solo un 5% de los niños padecen terrores nocturnos.

La edad más común es entre los 3 y 5 años, pero pueden darse casos desde el año.

¿En qué se diferencian de las pesadillas además del cuando suceden? El niño no es consciente de lo que sucede, al día siguiente no va a recodar lo que ha pasado, así que evita recordárselo.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo si tiene terrores nocturnos?

🌟  Mantener a tu hijo seguro durante el episodio, no lo despiertes ni interactúes, puedes provocar que el episodio se alargue.

🌟 Mantener un horario y unas rutinas regulares evitando el sobrecansancio.

🌟 Llevar un registro de sueño, observar al niño para identificar si se ha producido algún cambio significativo.

Si pasado un tiempo siguen produciéndose más de 2-3 episodios a la semana, consulta con tu pediatra por si hubiese alguna otra afección que este provocando los terrores nocturnos.

Y por último, tanto las pesadillas como los terrores nocturnos pueden comenzar después de pasar por vivencias traumáticas o momentos de mucho estrés.

Si todavía tienes dudas o no sabes como ayudar a tu hijo

Escríbeme!!!