
09 Ago Masaje infantil: vínculo y apego
El masaje infantil aporta múltiples beneficios al bebé y a la persona que lo realiza, los veremos más adelante, pero además aporta respeto, escucha y adaptación a las necesidades de nuestro hijo.
Durante el día pasamos muchas horas con nuestros bebés, ¿pero les prestamos la atención qué necesitan?, llevamos a nuestros hijos con nosotros o estamos con ellos en casa, en definitiva compartimos muchas horas, pero no siempre les ofrecemos la dedicación que creemos. Gracias al masaje podemos ofrecer esta dedicación completa y conocer poco a poco a nuestro bebé, crear un buen vínculo y ayudarle a descansar mejor.
En los seres humanos los vínculos se forman lentamente pero se mantienen toda la vida, son el soporte de nuestra vida psíquica, emocional e intelectual. Esta demostrado cómo los vínculos repercutirán en la forma de relacionarnos en nuestra vida adulta. El vínculo seguro crea una confianza básica en la vida, capacidad de relación, seguridad y autoestima.
Entre los factores que van a potenciar ese vínculo seguro se encuentran todos aquellos dirigidos al bebé que conocemos como “conducta maternal” e incluye diversos elementos sensoriales.
“Abrazar, sostener en brazos, responder al llanto, contacto (táctil, visual y olfativo), lactancia, tono de voz, lenguaje verbal, lenguaje gestual, actitud corporal, cercanía física, contención”
Durante los primeros meses, bebé y mamá viven en simbiosis. Esa simbiosis capacita a la madre para detectar y responder a las necesidades del bebé y al bebé a obtener lo que necesita para su desarrollo optimo. La relación que se establece es de vital importancia para los bebés y es a través de sus manifestaciones como la madre le informa de que no está solo. Con el masaje se potencia dicho mensaje.
Por fortuna, el otro progenitor cada vez se implica más en los cuidados y crianza de los hijos, en el caso de los hombres, aunque no cuentan con una fisiología que les facilite la función de adaptarse inmediatamente a las demandas de sus hijos, pueden prepararse par ello. El masaje ayuda a saber cuáles son las necesidades de sus hijos y cómo pueden acompañarlos.
¿Qué beneficios aporta el masaje en nuestros hijos?
Potencia su sistema inmunológico. Este sistema nos defiende de las enfermedades. A través del masaje se puede liberar estrés y favorecer las defensas de nuestro organismo.
Mejora su sistema neurológico y endocrino. A través del masaje podemos ofrecer al bebé la posibilidad de establecer diferentes conexiones neuronales y estimular el sistema nervioso.
Les enseña a relajarse. Una manera de enseñar al bebé a relajarse es a través del tacto y la voz. El bebé sentirá tus manos tranquilas mientras tu voz calmada le invita a descansar.
Reduce las hormonas causantes del estrés.
Le proporciona sueño más largo y de mejor calidad.
Les ayuda a conocer su cuerpo.
Contribuye a incrementar su autoestima.
Fomenta la comunicación con exterior.
Beneficia su sistema digestivo, respiratorio y circulatorio. Enriquece la oxigenación de la sangre y el masaje estimula el tránsito intestinal, ayudando, sobretodo las primeras semanas, con los cólicos y gases.
Les da seguridad.
Fomenta los vínculos seguros. Durante el masaje el bebé entra en estrecha relación con el progenitor.
¿Qué beneficios aporta a los padres?
Otorga autoconfianza
Concede tiempo centrado en vosotros dos
Ayuda a relajarse
Incrementa las habilidades para ayudar a nuestros hijos en un futuro
Fomenta la interacción.
Masaje y sueño
Ser bebé es complicado, procesar un estímulo supone un gran trabajo para su mente, tiene que aprender a tratar toda la información recibida, canalizarla, memorizarla y responder a ella de forma adecuada.
El exceso de estimulación produce cansancio e irritabilidad. Presta atención a sus señales para saber cuando esta cansado y evitar la sobreestimulación. Cuando un bebé está cansado necesita dormir para recuperarse, pero a veces la cantidad de estímulos recibidos le impedirá descansar.
Con paciencia puedes descubrir como es su proceso hacia el cansancio y el sueño, observar su lenguaje corporal, muecas, sonidos para saber en qué momento se encuentra para acompañarle hacia el descanso.
Incluir el masaje en la rutina de noche es muy beneficioso para hacer la transición de estado de alerta a letargo, anticiparnos a las señales de cansancio hará que el masaje sea más placentero, algunas señales que muestran los bebés son:
Cierra las manos con fuerza
Desvía la mirada
Saca la lengua
Succiona más rápido el chupete
Levanta las cejas
Frunce el ceño
Estira las piernas
Patalea con más tensión
Se rasca o agarra la ropa
Se lleva una mano a la oreja
Se frota los ojos
Acelera la respiración
Se le ponen las cejas rojas
Bosteza
¿Cuándo empezar?
El masaje será diferente en cada etapa, hasta el mes y medio podemos ofrecerle todo el tacto que necesite, comenzar aplicando nuestras manos sobre su cuerpo pero sin deslizar. Cuando presentan dolores en la barriga podemos ayudarles acercando con suavidad sus rodillas al vientre y manteniéndolas así unos segundos.
A partir del mes y medio podemos empezar con sesiones de masaje, comenzaremos masajeando durante varios días únicamente una parte del cuerpo, en primer lugar las piernas y los pies, cada bebé necesita un tiempo para aceptar el masaje en diferentes partes del cuerpo. E iremos avanzando poco a poco.
Lo que nunca debes hacer
Forzar al niño si no le apetece.
Sobreestimularlo, podemos crearle irritabilidad e insomnio.
Interrumpir un masaje, solo en el caso de que nuestro bebé no quiera continuar, puede pasar en muchas ocasiones y debemos permitirlo.
En las primeras sesiones es posible que el bebé llore después del masaje. Este llanto es liberador y es consecuencia de la liberación de tensiones que ha tenido lugar. Vuestro hijo solo necesita que lo acojáis y lo acompañéis, después de esa liberación suelen dormir profunda y relajamiento.
Y por último, os recomiendo disfrutar. Es complicado encontrar un momento en el caos del día a día, pero incluyendo el masaje en la rutina (o si no os funciona en la rutina, en cualquier momento del día que veas idóneo) nos ayudará a relajarnos y a conectar con nuestros hijos.