
22 Feb La carga mental femenina
Hace poco hice la encuesta de malasmadres para calcular el coste de la conciliación en las mujeres, el 22 de marzo publicarán los resultados de la investigación, lo que me llevo a pensar, no solo en la concilición, también en la carga mental.
La corresponsabilidad aún no se ha conseguido, aunque el 46% de las parejas creen que comparten las tareas, la realidad es otra, las mujeres destinamos el doble de tiempo que los hombres al cuidado y al hogar.
¿Qué es la carga mental?
El concepto fue descrito por primera vez por la socióloga Susan Walzer, en 1996, en su estudio “Thinking about tha baby”. Es el síndrome de las mujeres que viven abrumadas por el cúmulo de responsabilidades de su vida cotidiana: hacer la compra y pensar qué comer cada día, además de cocinar, cuidado de la casa, trabajar, acudir a las reuniones del colegio, grupo de clase de whatsapp, estar pendiente de las citas médicas, preparar el disfraz de Carnaval… básicamente estar pendiente de todo en todo momento.
Un trabajo invisible, sin remuneración y poco valorado que pesa a muchas mujeres. Tanto es así, que ni durmiendo las mujeres se desprenden de esa carga mental y que afecta física y psicológimamente, dolores, ansiedad e incluso depresión.
El 71% de las mujeres experimenta carga mental, frente al 12% de los hombres.
Estos días os preguntaba en los stories de mis redes sociales qué tal dormis y que tal duerme vuestra pareja. La carga mental conlleva problemas de sueño, todavía más con la maternidad, las mujeres al acostarnos revisamos lo que ha sucedido ese día y organizamos el próximo, o incluso la semana completa.
Sumado al cuidado de los hijos durante la noche, alimentación nocturna, (es inevitable si es pecho, pero la pareja puede hacer otras muchas cosas), gestión de despertares, cambios de pañales, estar pendiente cuando estan enfermos… y muchas cosas más que seguro me dejo.
Toda esa carga mental hace que tengamos que renuciar al tiempo libre, al autocuidado y a tener más dificultades en el trabajo. Reducción de jornada, excedencia o abandono del trabajo son algunas de las consecuencias.
Aguantar a la larga tantas tareas puede ocasionar algo más que agotamiento y estrés crónico. Si estas en esta situación y te ves desbordada, busca ayuda.
Pero mi marido “ayuda” en casa y con los niños.
La palabra “ayuda” en este caso no es la adecuada, la palabra “ayuda” conlleva que las mujeres tenemos que decir a nuestras parejas que tienen que hacer, eso no es corresponsabilidad.
¿Qué cambios puedes hacer?
Habla con tu pareja, si no lo expresas, no lo sabe.
Dividir tareas, incluso las noches si podéis.
Ayúdaros de la nuevas tecnologías, calendarios, listas de las compra compartidas, hay un motón de aplicaciones que pueden resolver este problema.
Delega, se que es difícil, a mi todavía me cuesta. Tu pareja no lo hará como tú, pero encontrará la forma de hacerlo, su forma de hacerlo, que es están valida como la tuya.
¿A tí se te ocurre alguna más?